Primero estudiamos su marca, sus valores y entendimos a fondo qué quería transmitir en el nuevo espacio, cómo tenía que ser la experiencia del cliente y qué rentabilidad esperaba del nuevo negocio. Una vez claro todo esto empezamos con la fase de diseño, y que fase más bonita, de por si nos encanta diseñar pero hacerlo con clientes como Álvaro ha sido divertidísimo.

Para el diseño optamos por unas líneas sencillas y elegantes, respetando la paleta de colores que define Culture, evolucionando el diseño de la actual clínica y pensando cada detalle para que el cliente siempre sea el protagonista.

El espacio se divide en dos plantas, en la planta baja encontramos la recepción, zona de trabajo, zona de diagnóstico y la zona de lava cabezas, esta última ubicada en una sala independiente, con una iluminación distinta y un hilo musical diferente, toda una experiencia. El aseo queda oculto tras una puerta invisible dando sensación de limpieza a toda el área visible.

En la planta -1 encontramos nuevamente una sala independiente para ubicar los lava cabezas, una zona de pedicura-manicura, la zona de trabajo y una mesa de color donde poder visualizar cómo el profesional prepara el color que te va a aplicar, con total transparencia, todo un show. Nuevamente encontramos puertas ocultas que dan acceso a un aseo, a zona de oficinas y a la zona de personal donde podrán descansar en sus ratos libres.

Todo está pensado y tiene un por qué, desde la ubicación de la zona de color en la planta inferior para que desde la calle no te vean con la cabeza llena de papel de plata, hasta la ubicación de los espejos y la iluminación.